El 8 de octubre de 2021 la ONU (en concreto, el Consejo de Derechos Humanos) reconocía el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible. La iniciativa partía de Costa Rica, pero cuarenta y tres países entre los que estaban Chile, Ecuador, Uruguay, Alemania y España fueron copatrocinadores de la moción. Se aprobó con estos cuarenta y tres votos a favor y cuatro abstenciones (Rusia, China, Japón e India), pero sin votos en contra.
Brasil votó a favor, si bien destacó que el uso de los recursos naturales es una cuestión soberana de cada Estado. Las políticas medioambientales en Brasil durante el gobierno de Bolsonaro están siendo, como mínimo, polémicas.
Reino Unido también votó a favor pero se interesó en matizar que las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos no son vinculantes y que su posición en este caso no debe tomarse como un antecedente para decisiones que pueda tomar en el futuro.
Derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible: Políticamente importante, pero sin trascendencia inmediata
La trascendencia de esta votación es más política que de una aplicación directa. El Consejo de Derechos Humanos es un órgano intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas, encargado de reforzar la promoción y la protección de las garantías fundamentales en todo el mundo y de abordar las situaciones en las que estas se violan, así como de hacer recomendaciones al respecto. El Consejo está formado por 47 Estados miembros de la ONU que son elegidos por mayoría absoluta en la Asamblea General y que representan a todas las regiones del mundo.
Las resoluciones, como esta en el que se establece el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible, son redactadas por un «grupo central». En esta ocasión fueron Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza los países que propusieron esta resolución 48/13 para su aprobación en el Consejo, donde por primera vez se reconoce que tener un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es realmente un derecho humano.
Desde 2008, Maldivas, un pequeño estado insular en desarrollo que se encuentra en primera línea de los efectos del cambio climático (es factible que, concretamente, la subida del nivel del mar tuviese efectos catastróficos en todo tipo de aspectos), ha presentado una serie de resoluciones sobre derechos humanos y cambio climático, y en el último decenio, sobre derechos humanos y medio ambiente.
En los últimos años, el trabajo de Maldivas y de otros estados con los que comparte iniciativas, así como del relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente y de diferentes ONG, ha hecho encaminar a la comunidad internacional hacia la declaración de un nuevo derecho universal.
Las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos no son jurídicamente vinculantes, pero contienen fuertes compromisos políticos. El reconocimiento del derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible es toda una declaración de intenciones.
«El mejor ejemplo que tenemos del papel que pueden llegar a jugar estas resoluciones de la ONU es si nos remontamos a las resoluciones de 2010 que, por primera vez, reconocieron el derecho al agua. Eso fue un catalizador para los gobiernos de todo el mundo que integraron el derecho al agua en sus constituciones, en sus leyes supremas y más estrictas», dice Boyd.
El relator cita a México que, tras añadir el derecho al agua en la constitución, extendió el acceso al agua potable a más de 1000 comunidades rurales.
«Hay mil millones de personas que no pueden abrir el grifo y tener agua limpia y potable, así que para mil comunidades rurales de México se trata de una mejora que cambia sus vidas. Del mismo modo, Eslovenia, después de incluir el derecho al agua en su constitución debido a las resoluciones de la ONU, tomó medidas para llevar agua potable a las comunidades romaníes que viven en asentamientos informales en las afueras de la ciudad».
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el reconocimiento del derecho a un medio ambiente saludable en todo el mundo reforzará la labor de hacer frente a las crisis ambientales de una manera más coordinada, eficaz y no discriminatoria, ayudará a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, proporcionará una mayor protección de los derechos y de las personas que defienden el medio ambiente, y ayudará a crear un mundo en el que las personas puedan vivir en armonía con la naturaleza.
En Daine Ambiental celebramos que el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible se reconozca y trabajamos diariamente por la integración de los criterios medioambientales en el entorno de las organizaciones públicas y privadas para conseguir un desarrollo económico efectivamente sostenible. Para contactar con nosotros, el teléfono es el +34 615 367 474 y nuestro correo info@daineambiental.com.